Como destino turístico, Querétaro ofrece cultura, arquitectura, gastronomía, paisajes únicos y distintas actividades turísticas, a las que se han sumado los viñedos y, desde luego, la producción de vino, que si bien se fomentó desde antes, no fue sino a mediados del siglo pasado que recibió un impulso sin precedente.
Querétaro se ha convertido en un pilar de la producción vinícola nacional. En Vinos Bothë surgimos como una empresa familiar, sin viñedo, pero hoy lo tenemos en una zona semi-desértica, que ofrece climas ideales para el crecimiento de la uva.
Además, el suelo es fundamental. Las tierras son quebradizas y están rodeadas de mezquites, nopales, garambullos y magueyes, que aportan minerales y, a su vez, dan matices y tonalidades a la uva.
Este proyecto se puso en marcha hace casi 10 años en 2011 , como un proyecto familiar, en el municipio de Ezequiel Montes. Durante años había trabajado en empresas del sector vinícola y, aunque lo hice en el área administrativa, conocí el proceso de producción.
Desde un principio se involucraron, además, mi esposa, cuñados y sobrinos. Como en casi todo, el camino fue difícil, en nuestro caso por la rapidez con la cual Querétaro se llenó de viñedos, pero fuimos abriéndonos camino y eso dio pie a que nuestra producción creciera.

Comenzamos procesando poco más de una tonelada de uva y actualmente ya son más de 30 toneladas anuales. Nuestro crecimiento ha sido gradual y con eso vinieron alianzas estratégicas que también aportaron cosas importantes, porque entre nuestros valores está el apoyarnos entre emprendedores y así generar eslabones que con el paso del tiempo se vuelven cadenas.
En especial, quiero mencionar a un grupo de amigos, con quienes hicimos una gran mancuerna, nos apoyamos y con base en esa confianza mutua nos atrevimos a sacar una etiqueta en colaboración. PHANI fue el título que se le asignó, ya que ellos tienen un proyecto con ese nombre, vamos muy de la mano, ellos elaboran uniformes para chef con bordados otomí, trabajan de la mano con artesanas de Amealco, Querétaro.
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En nuestros inicios usamos instrumentos caseros y en muchas ocasiones nosotros fabricamos herramientas para facilitar el trabajo.
La felicidad no nos cabe al ver que nuestro proyecto familiar es hoy una empresa consolidada, en la que damos trabajo a personas de nuestra comunidad. Quienes prueban nuestro vino nos recomiendan porque han constatado cada proceso, cada paso de la elaboración, en la que damos el tiempo preciso para ir, día a día, mejorando la calidad de nuestro producto.

Hoy que se ha perdido la costumbre de enseñar a cada generación el arte de hacer vino y los viñedos se industrializan cada vez más, con orgullo podemos decir que conservamos la maravillosa labor de elaborar nuestro producto con las manos. El 90% del trabajo es así porque para nosotros es mucho más valioso y quienes prueban el vino valoran el hecho de que su producción sea artesanal.
En Bodega Bothë los esperamos para consentirlos. Les aseguramos que el tiempo se detiene al probar nuestros vinos y conocer nuestra comunidad.

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