El ícono francés del diseño, Vincent Darré, reinterpretó la emblemática botella de Cointreau al mezclar distintos estilos y épocas con la elegancia única que caracteriza a la marca. Esta edición especial, la cual celebra los 170 años de la casa, es una pieza sin igual, digna de coleccionistas y de aquellos que aman el diseño y la creatividad.
Sólo alguien como Darré –epítome del chic y la creatividad francesa– podía rendir tributo a la audacia e ingenio de Édouard Cointreau, y celebrar al mismo tiempo el legado de la creación de este renombrado licor de naranja. Respetando la forma original de la botella, el diseñador la reimaginó con tres etiquetas de distintas pinturas originales que rememoran la historia de la Casa Cointreau.
“Me atrajo la idea de crear pinturas y que cada uno de los lados de la botella fuesen diferentes. Quería que fuese posible, desde cada una de las lineas, imaginar la historia de la marca y del licor de naranja. El luminoso color de las naranjas junto a su perfecta combinación: el azul de los océano por los que estos frutos han navegado”. Vincent Darré
La creatividad de Vincent Darré no conoce límites. Su fecunda imaginación se nutre de lo histórico, lo literario y de referencias cinematográficas. En sus piezas se habla sobre viajes, personalidades, sobre el pasado y presente, convirtiendo cada uno de estos aspectos, en esencias de su estilo propio.
Atraído por el Surrealismo y el Dadaísmo, Darré se enfoca en hacer investigaciones pictóricas, así como en la siempre inspiradora espontaneidad. Su estilo es una mezcla de los elementos que han formado parte de su vida: la excentricidad de la década de los 80, los trajes que ha creado para diversos shows, los años que colaboró con leyendas de la moda como Karl Largerfeld, Andrée Putman, y con casas como Yves Saint Laurent, Prada y Fendi.
Con una simple pincelada, Vincent Darré narra sutilmente la historia de la Casa Cointreau en esta edición especial. Los perfiles de dos rostros que se complementan, sobresalen de las pinturas y esbozan la forma de la botella. Dichas siluetas evocan a Édouard y Louis Cointreau, quienes trabajaron juntos y en armonía para hacer de Cointreau una empresa moderna y vanguardista.
La Luna y el Sol se encuentran, retratando así el final del día como el momento ideal para disfrutar de un coctel. El naranja y azul prevalecen, ambos colores, emblemas que han definido a Cointreau desde su debut hace casi dos siglos.
Con esta edición, la casa también festeja más de 300 reconocimientos otorgados por las propiedades organolépticas de este licor de naranja, su participación en las Exposiciones Universales en París (en 1889 y 1900), una herencia publicitaria que ha hecho frente al paso del tiempo, la creación de icónicos cocteles como el Cointreaupolitan y su presencia en otros 350 tragos más.
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