La alimentación ayurvédica es parte de una disciplina ancestral que considera el cuerpo, la mente y el espíritu como uno mismo
Es el penúltimo mes del año y algunos comienzan su análisis de los logros y metas alcanzados y los temas que quedaron pendientes o inconclusos. En particular, el 2020 fue un año atípico y algunos lo ven como el pretexto ideal para justificar el no haber alcanzado los propósitos de inicio de año y otros más para reflexionar sobre su crecimiento en todos sentidos.
Es probable que la vida no sea igual nunca más y habrá quien busque nuevas formas de vivirla, de encontrar la paz en el interior, porque el exterior es como un campo minado y hay que guardar la sana distancia.
Entre todo este caos, la conciencia ha llegado también a la alimentación, en busca de fórmulas cuyo objetivo vaya más allá de bajar de peso y que permitan mantener el cuerpo saludable con alimentos ricos en nutrientes.
Ayurveda es un nombre complicado, pero es un estilo de la que, de acuerdo con Vanessa Castro Gutiérrez, coach y terapeuta holística, comenzó en lo que ahora es la India y tiene más de cinco mil años de antigüedad.
“Ayurveda es la ciencia de la vida, es una medicina holística ancestral y lo que nos ofrece es un estado de balance, equilibrio de cuerpo, mente y espíritu, se considera una medicina, está reconocida por la ONU como una medicina ancestral, así como la medicina china”.
Vanessa Castro explica que el Ayurveda se basa en cinco elementos; éter, aire, fuego, tierra y agua y se constituyen en tres doshas: Vata, unión del eter con el aire; el Pitta, fuego con agua, y Kapha, tierra con agua.
El cuerpo humano está constituido por los cinco elementos, pero cada persona es única y tiene diferentes proporciones. Un estudio y diagnostico pueden indicar cuál es el porcentaje de esencia (Prakruti) y cuál es el porcentaje en desequilibrio (Vikruti), al igual que los doshas predominantes.
Las estaciones también son importantes para definir los hábitos que se deben observar. El dosha que influye al otoño es el de Vata (aire y eter). pero al entrar el invierno debemos adecuar los hábitos y. muy importante, la alimentación.
